Este sábado se cumplen 47 años de uno de los hechos más aberrantes perpetrados por la dictadura cívico militar, ocurrido en La Plata contra adolescentes que reclamaban el boleto estudiantil.
El viernes, en la víspera de cumplirse un nuevo aniversario de La Noche de los Lápices, estudiantes secundarios marcharon en la zona céntrica de La Plata para recordar a las víctimas y convocar a defender la democracia.
Cientos de alumnos de distintas escuelas medias de la capital bonaerense marcharon desde Plaza Italia hasta el Ministerio de Infraestructura de la provincia, para reivindicar la lucha de esos militantes que fueron desaparecidos durante la última dictadura cívico militar, al tiempo que se expresaron contra del negacionismo encarnados en candidatos como Javier Milei.
Lo mismo ocurrió en la Ciudad de Buenos Aires, donde estudiantes secundarios y terciarios marcharon desde el Espacio para la Memoria hasta la Plaza de Mayo «en defensa de la democracia y contra los discursos negacionistas».
“Hoy, más que nunca, tenemos que hablar, debatir y demostrar a candidatos como Milei, como Bullrich y Villarruel, que la juventud y la memoria siguen intactas”, expresó a la presidencia del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional Buenos Aires.
La Noche de los Lápices
Este sábado se cumplen 47 años de aquel 16 de septiembre de 1976, cuando estudiantes secundarios del Colegio Normal 3 de La Plata fueron secuestrados por efectivos a la órdenes del entonces jefe de la Policía bonaerense, coronel Ramón Camps, en el marco de un operativo de represión ilegal.
Las víctimas eran militantes que habían participado en la movilización que un año antes había conseguido la implementación del Boleto Estudiantil Secundario (BES) en la capital de la provincia de Buenos Aires.
En agosto de 1976, la dictadura cívico militar decidió suspender este beneficio con el propósito de identificar a los referentes del movimiento estudiantil que habían encabezado este reclamo.
Así consta en un documento de inteligencia titulado «La Noche de los Lápices», que años más tarde fue hallado en dependencias de la Policía bonaerense, y en el cual el comisario mayor Alfredo Fernández describe las acciones que se debían emprender contra estos jóvenes, «integrantes de un potencial semillero subversivo».
La noche del 16 de septiembre se inició un operativo conjunto de efectivos policiales y del Batallón 601 de Ejército para capturar a nueve jóvenes que tenían entre 16 y 18 años. La mayoría de ellos integraba la Unión de Estudiantes Secundarios (UES).
Claudio De Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Daniel Racero y Horacio Ungaro eran arrancados de sus domicilios en la primera jornada de esa acción criminal.
El 17 de septiembre, los represores apresaban a Emilce Moler y Patricia Miranda, que estudiaba en el Colegio de Bellas Artes de La Plata. Cuatro días después era detenido Pablo Díaz, quien formaba parte de las Juventud Guevarista, un grupo vinculado al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
Todos fueron conducidos al centro clandestino de detención conocido como Arana, donde se los torturó durante semanas, y luego se los trasladó al Pozo de Banfield.
Moler y Díaz fueron liberados tras permanecer dos años, entre cautivos y detenidos. Miranda también salió viva de Arana, la trasladaron al Pozo de Quilmes y finalmente quedó alojada en la cárcel de Villa Devoto, a disposición del Poder Ejecutivo hasta marzo de 1978.
Gustavo Calotti, que había terminado el secundario un año antes, cayó en cautiverio el 8 de septiembre, y se lo considera un sobreviviente de estos hechos, ya que padeció la tortura junto a estos jóvenes.
El resto de estos estudiantes secundarios permanecen aún desaparecidos y componen la nómina de 232 de adolescentes secuestrados durante la última dictadura cívico militar.
En reconocimiento a la lucha de este grupo de jóvenes platenses desparecidos se conmemora cada 16 de septiembre, desde el 2006 y por decisión del entonces presidente Néstor Kirchner, el Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios.